En siglos anteriores se creía en un futuro previsto, pero el siglo XX descubrió la impredictibilidad de este. El futuro es abierto e impredecible. No cabe duda de que es posible el progreso, pero éste es impredecible. No se puede predecir el surgimiento de lo nuevo, la historia avanza mediante innovaciones o creaciones internas.
También existen las destrucciones, las cuales pueden surgir de nuevos desarrollos.
La historia nos muestras sorprendentes creaciones y es una evolución lineal porque no experimenta. Es un complejo de orden, de desorden y de organización, y tiene siempre dos caras contrarias.
La aventura incierta de la humanidad es una repetición de la aventura incierta del cosmos.
Todos los hombres debemos aprender a afrontar la incertidumbre, ya que vivimos en una época de valores ambivalentes, donde todo está ligado. Y todos los problemas relacionados nos llevan a pensar que el mundo se encuentra en una llamada agonía. No acabamos de ser Humanidad, ya que los humanos seguimos siendo enemigos unos de otros por temas de razas, ideologías y religiones.
La realidad que poseemos es nuestra idea de realidad, por lo que conviene comprender la incertidumbre de lo real. Y el conocimiento es una aventura incierta.
Debemos enseñar a que las personas se comprendan como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad. La comunicación conlleva inteligibilidad, que es la primera condición de la comprensión.
Distinguimos dos tipos de comprensión: la intelectual u objetiva y la humana intersubjetiva.
Los obstáculos en la comprensión son varios, y estos han de educarse, entre ellos están: por un lado, la transmisión de la información, la polisemia, la ignorancia de los ritos y las costumbres del otro, la incomprensión de los valores en otras culturas, la incomprensión de los imperativos éticos de una cultura, de la venganza y de la ley, imposibilidad de comprender las ideas o los argumentos y la imposibilidad de que una estructura mental comprenda a otra.
Por otro lado tenemos al egocentrismo, que cultiva la serlf-deception (un juego rotativo complejo de mentira, sinceridad, convicción y duplicidad), el etnocentrismo y sociocentrismo, que alimentan las xenofobias y los racismos hasta el punto de retirarle al extranjero su cualidad de ser humano, y el sociocentrismo, el espíritu reductor.
La ética de la comprensión es un arte de vivir que pide que comprendamos de forma desinteresada. La comprensión de ver favorecida por: el bien pensar y la introspección, en la que tenemos que practicar el autoexamen personal de forma continua).
Tenemos que ser conscientes de la gran complejidad humana y debemos tener una gran apertura subjetiva (ser simpáticos) con los demás y debemos interiorizar la tolerancia.
Por ultimo, debemos ser conscientes y debemos comprender, la gran ética y cultura que está presente en el planeta, porque todos somos diferentes.
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