En este tema una de que la materia era de por si informe y
la belleza surgía cuando en ella se había imprimido una idea o forma.
Nos habla de que la estética contemporánea ha revalorizado
la materia, de la invención de las personas que sale de dentro y que no tiene
nada que ver con las provocaciones de la realidad física concreta, es decir,
que pintan lo que ellos sienten en ese momento.
También hace comparaciones entre lo bello y lo bueno,
definiendo lo bello como algo que si fuera nuestro nos haría felices, y lo
bueno como aquello que estimula nuestro deseo y que no solo nos gusta si no que
querríamos poseer, como una fortuna honradamente conquistada.
Según este autor la historia de la belleza solo se documenta
con obras de arte porque han sido poetas, novelistas, los que han explicado su
opinión de lo bello durante años.
Este libro parte del principio de que la belleza nunca ha
sido algo absoluto e inmutable, sino que ha ido adoptando distintos rostros
según la época histórica y el país.
Hoy
en día estamos muy influenciados por los cánones de belleza y de la moda, según
el modelo propuesto por los medios de comunicación de masas; siguen los ideales
de belleza del mundo del consumo comercial, cosa por la que el arte de las
vanguardias ha luchado muchos años en contra de eso.
Los
medios de comunicación de masas son totalmente democráticos, ofrecen un modelo
de belleza tanto para aquella mujer a quien la naturaleza ha dotado ya de
gracia aristocrática como para la proletaria de formas opulentas.
Los
medios de comunicación de masas ya no presentan un modelo unificado, un ideal
único de belleza.
Nuestro
explorador del futuro, no podrá distinguir el ideal estético difundido por los
medios de comunicación del siglo XX, deberá rendirse a la orgía de la
tolerancia, al sincretismo total, al absoluto e imparable politeísmo de la
belleza.
La pintura informal es el triunfo de las manchas, grietas,
goteos donde el autor deja que los propios materiales hablen como algo casual e
inesperado.
El autor utiliza los materiales para fabricar una obra
proporcionando forma a lo informe y poniendo el sello de su estilo y así, nos
lleva a descubrir su secreta belleza.
“El objet trouvè”: el artista hace de un objeto cualquiera,
objetos de arte que revelan su inesperada belleza, aspectos a los que no
prestamos atención y se cargan de significado estético como si el autor los
hubiera manipulado.
Andy Warhol nos enseña a amar estos objetos recordándonos
que el mundo de la industria tiene formas que pueden transmitirnos una emoción
estética.
La primera mitad del S. xx es la lucha entre la belleza de
la provocación y la belleza del consumo. El arte pretende enseñar a interpretar
el mundo con una mirada distinta.
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